En estos caminos electrónicos viaja la rebeldía
que sueña y sueña ...
Y cuando el sueño es de muchos y se sueña juntos... es REALIDAD.
fragmento: declaración de principios de ALIA*

domingo, febrero 14, 2016

Carta abierta a la compañera Cristina Fernández de Kirchner

(Leer, analizar, compartir, debatir, ESA ES LA TAREA)

por Daniela Bambill*
Desde el dolor de esta Argentina manoseada por una derecha despiadada, y ante la penosa discrepancia dentro del propio espacio político, la militante Daniela Bambill se anima a escribir unas líneas tratando de expresar, según su visión, qué nos llevó hasta donde hoy nos encontramos, y sus anhelos para el futuro del Movimiento 

“He decidido escribirle, compañera. He decidido hacerlo desde mi lugar de militante que no recuerda cuando comenzó a hacerlo. Mi vida ha sido signada por la política, pasión que heredé de mi padre, militante radical y del cual aprendí que la política es la más noble de las actividades humanas porque es comprender que implica entregarse, vivir en función del otro. Imagínese lo que sentí el día que usted dijo “La Patria es el otro”, en esa frase, que se convirtió en consigna, estaba el legado de mi padre.

Tengo 44 años, milito en el Frente para la Victoria desde que Néstor bajó el cuadro de Videla. Yo no lo voté en 2003, estaba muy enojada con la dirigencia política toda. Sentía que no tenía sentido confiar, como la gran mayoría de los argentinos, resistí individualmente a los 90, en mi caso con la tiza y el pizarrón, me había propuesto que por cada alumno que venciera la máquina de fabricar ignorantes en que se había convertido la escuela con la Ley Federal de Educación, yo habría ganado una pequeña batalla. Menuda tarea la de enseñar Lengua y Literatura en una época en que la lengua, herramienta fundamental para el aprendizaje y la vida, estaba devaluada por el sistema educativo.


Mi paso al peronismo, nacida en una casa radical, fue intelectual primero y luego ese sentimiento que no puede explicarse llenó mis días, tengo la rabia de los conversos, como me dijo alguna vez un viejo dirigente. No soy una peronista genética, lo soy por convicción.

Pero el día que Néstor bajó el cuadro supe que era la persona en la que debía depositar mi confianza para construir esa Patria que soñé toda mi vida. No me equivoqué.

Mi paso al peronismo, nacida en una casa radical, fue intelectual primero y luego ese sentimiento que no puede explicarse llenó mis días, tengo la rabia de los conversos, como me dijo alguna vez un viejo dirigente. No soy una peronista genética, lo soy por convicción. Supongo que algún valor agregado tiene.
Como militante durante estos años he vivido lo que ha vivido la mayoría. Padecer los avatares del peronismo del conurbano, siendo mujer, sin padrino, sin papá, ni marido Intendente, parece ser bastante complicado. Pero me hice camino a fuerza de neurona y músculo.

Nunca he tenido cargos electivos, apenas una pre candidatura a Intendente de mi Distrito, en 2015, tratando de “marcar la cancha del kichnerismo”, las cosas parecían bastante confusas en Almirante Brown, adonde el compañero Cascallares, era el único con posibilidades reales, Unidos y Organizados una entelequia de algunos grupos voluntariosos y ningún bastón de mariscal que apareciera para abrir camino. Todos esperaban órdenes divinas…. Y según esas “órdenes divinas” se armaron las listas… La meritocracia no parece ser una variable en la toma de decisiones. Pero son las reglas del juego a las que todos y todas nos sometemos.

Como le contaba, nunca tuve cargos electivos, en las últimas PASO puse mi nombre testimonial en la lista de concejales para rubricar la lista de Unidad de nuestro espacio, tal vez la rosca del conurbano, tal vez que jamás conté con más dinero que el que me deja mi salario a fin de mes, tal vez que plantear discusiones políticas de fondo no es demasiado cómodo para momentos de pragmatismo electoral, no sé las causas concretas. Tal vez por esa misma razón y la terquedad que me caracteriza, sigo militando con barro en las patas y a fuerza de pura convicción. Llegar no es la meta, es el motivo para caminar, decía mi viejo y en eso ando.

No soy una perfecta desconocida, cuento con la simpatía y el afecto de muchos compañeros en mi provincia y muchos otros a lo largo y ancho del país. Solo googlear mi nombre y aparece mucho más sobre mí. Así que huelga más descripción. He sentido estos 12 años en cada política pública, en cada acción de gobierno, en cada discurso, en cada foro internacional que valía la pena.

Valía la pena la dinámica interna despiadada y tantas veces ingrata. Valía la pena “tragar sapos” como decía el General, aunque poblarán el 90% de la dieta cotidiana.
He conocido e interactuado con muchos personaje notables en estos años, muchos sapos, si se quiere. Alguna vez pensé que podía sintetizar en una metáfora el saldo de ese conocimiento: “Si se mira el río desde lejos, maravilla el paisaje del espejo de agua, cuanto más se acerca uno, más se nota la mugre”.

No se confunda, no hablo de corrupción, parece que mugre solo se resume a esa palabreja acuñada como capital político supremo de la derecha internacional, no hablo de eso, hablo de las miserias humanas que todos tenemos y que prima en el sabor del sapo digerido.

En el camino de la militancia, he conocido compañeros y compañeras que han puesto alma y vida en el proyecto, como he conocido advenedizos y oportunistas con suerte, mucho más suerte que la gran mayoría de los militantes.
Muchísimas veces no comprendí decisiones que usted tomó en términos de estrategia política, por supuesto no contaba con más información que mi análisis y lo evidente. Pero he seguido todas y cada una de las mismas con unción orgánica y rayana a la devoción. Siempre creí que uno de los apotegmas más sabios del General fue aquello de “Primero la Patria, después el Movimiento y por último los hombres”…. Y lo vivencié como mantra frente a las decepciones cotidianas.

Como a miles de compañeros y compañeras la derrota electoral me ha afectado en términos personales al punto que mi médico me advirtió “El país no necesita más Néstor, no se puede dejar la vida en la política”…. Duro, pero si algo me caracteriza es la terquedad y acá estoy.

Un Proyecto Político no es una persona, claro está, pero en una persona recae el liderazgo y ese sin dudas y sin cuestionamientos es suyo.

Estamos viviendo momentos de retroceso vertiginoso y una violencia simbólica que abruma, en estos sesenta días de gobierno de Macri la sensación de destrucción de las conquistas sociales es la que prima.
Sabíamos que esto sucedería, no es una novedad que la derecha actúe como lo está haciendo. Sabíamos que la brutalidad, la falta de mirada en la posteridad, la impericia y la indolencia serían la impronta, ahora bien.
Son millones los ciudadanos y ciudadanas que constituyen ese 49% que nos ha quedado como capital electoral después del 54% de 2011.
Responsabilizar a los medios hegemónicos, a la clase media cómoda y su voto “veleta”, exclusivamente sería al menos subestimar la capacidad de análisis de la militancia.
Las defecciones últimas al bloque de legisladores, por caso, pueden quedar como “traiciones” individuales para la narración masiva, pero sabemos que para que haya traición a ese nivel hubo primero habilitación para estar allí y eso no es responsabilidad de Magnetto.

No soy de las militantes que se conforman con la consigna, estoy convencida y permítame la crudeza, que nos ha faltado un trabajo de construcción política real, concreto. Pareciera que en los últimos cuatro años la única herramienta de construcción habilitada era la cuestión etaria.

Probablemente aquí surjan miles de conjeturas, y aparezca la “demonización” sobre la juventud como excusa para soslayar cualquier error cometido. Fíjese que no, soy una enamorada de la juventud militante, me parece que uno de los logros más maravillosos de nuestro proyecto político es haber logrado reconquistar el corazón de la juventud para la causa más noble, como me enseñó mi viejo…

Las columnas de alegría y cánticos, las fotos de los pibes amando a la Patria a través de la acción militante concreta, los patios militantes y esas caras frescas escuchando horas han sido un motor en momentos de quiebre, créame.
Pero aparece, otra vez la metáfora del río. Esas imágenes nada tienen que ver con la realidad de las básicas adonde la discusión política y el debate fueron sinónimo de “flacidez de convicciones”, nada tienen que ver con la prepotencia que he vivido en primera persona en momentos coyunturales adónde valía todo por el primer lugar en una lista y no importaba el resultado general de la elección, nada tiene que ver con los “informes” sobre militantes y el consabido “te bajaron el pulgar”, nada tiene que ver con acuerdos con lo más rancio del pejotismo tradicional en detrimento de los compañeros o compañeras que se habían jugado la vida en una suerte de “pre-kirchnerismo”….

Usted se preguntará que es el “pre-kirchnerismo”, es ese no-lugar utópico en el que estábamos parados miles antes de la llegada de Néstor, miles que encontramos en él la representación cabal de nuestras ideas políticas y vimos en usted el liderazgo indiscutido del que le hablé antes.

Disculpe las digresiones, vuelvo a mi relato… Qué palabra “relato”, verdad?…

Esta descripción que puede situarse en cualquier lugar del país, esa sensación que estábamos todos jubilados por decreto no es una sensación individual, es una sensación colectiva. Ese “no hablar, no plantear, no discutir” so pena de ser considerado “traidor” ha hecho mella en nuestra construcción política.

Hace tiempo que el sentimiento de orfandad frente a la necesidad de una conducción de conjunto es la regla. Dejamos de hacer política mirando al Pueblo para hacer política según la cara de sus exégetas.
En cada territorio, la discusión interna se resumió a “órdenes de arriba”, nunca supe bien que había arriba… Esa compulsión a imágenes metafóricas me remitía a un edificio con un piso sagrado adónde los habitantes del Olimpo se daban cita para definir la existencia o no de los actores políticos según la remera que tuviesen puesta.

Dejamos de sentir al Pueblo, subestimamos la capacidad de daño del enemigo, y note que no digo adversario, sino enemigo. No es caprichoso, el enemigo es quien destruye la posibilidad de desarrollo de los pueblos y eso nos gobierna hoy….

Subestimamos la capacidad de daño, decía y nos achicamos, nos fuimos achicando en nombre de un purismo bobo y alejado de cualquier intento racional e inteligente de construcción de alianzas que nos permitieran seguir construyendo.

Nos hablamos entre nosotros, nos contentamos con sabernos dueños de la verdad y las necesidades de la ciudadanía, nos contentamos con describir todos y cada uno de los objetivos logrados. Soslayamos la naturalización de cada derecho, el Pueblo naturaliza la conquista y va por más, naturalmente. Omitimos también el viejo concepto de la vara subiendo… Otra metáfora, pero usted sabrá comprender.

Usted ha dejado la vara muy alta y la sensación que no hay dirigente político en la Argentina que logre siquiera asomar la punta de la nariz a esa marca es aterradora.

Sabíamos en 2011 que no había posibilidad de re elección, ¿que impedía preparar a un compañero o compañera para esa sucesión que garantizara la continuidad del Proyecto que nos convoca? La hipótesis del regreso triunfal luego de cuatro años de gobierno del macrismo había comenzado a circular en las reuniones superestructurales como respuesta a esa duda.

Algunos, atónitos ante la justificación, daban las razones racionales para negarse a que eso podía ser una idea suya. Confieso que nunca pensé que usted que ha perdido a su compañero por la causa de la Patria Libre Justa y Soberana, fuera capaz de tamaña mezquindad.

Otros evaluaban con argumentos casi infantiles el desencanto del Pueblo con un gobierno de derecha y que luego del impasse volveríamos con más fuerzas para concluir la revolución peronista eternamente inconclusa en la historia de nuestra Nación.
Lo cierto es que aquí estamos carentes de toda carencia, viviendo el desierto de la derrota y la Patria ha quedado en el último lugar del apotegma del General.
Compañera Cristina, la necesidad de una clara CONDUCCIÓN de conjunto es evidente.

Cuando veo periodistas ungidos en referentes ideológicos en las plazas de este verano triste, siento una profunda decepción por la dirigencia de nuestro movimiento. Cuando tenemos la oportunidad de hablar con sus exégetas y continua la lógica de la construcción desde el poder, omitiendo que el escenario de derrota es agobiante, cuando la consigna reemplaza la reflexión, cuando todo aquel que disiente es un traidor, recuerdo otra vez al General….
Si nos quedamos con los buenos, vamos a ser muy poquitos….

El comisariato político no ha dado buenos resultados en términos de construcción de lealtades, muy por el contrario, siempre ha sido caldo de cultivo para las traiciones más inesperadas.

Necesitamos reconstruir desde bases sólidas, son muchos más los compañeros y compañeras que aún habiendo padecido situaciones ingratas están dispuestos a esa reconstrucción. Somos muchos más los que no creemos en el diario de Yrigoyen y consideramos que urge el contacto directo con las bases militantes y las realidades territoriales para saber a ciencia cierta con que contamos.

Somos muchos más los que creemos que es posible la construcción en la diversidad y la unidad real y concreta del Movimiento si se respetan las representatividades genuinas y la lógica de la chapa con brillo nac & pop como garantía de purismo ideológico le da lugar a la racionalidad política.

Compañera Cristina, probablemente usted nunca lea estas líneas, probablemente si lo hace no de crédito a la catarsis de una militante como millones de militantes desparramados por toda la Patria. Sepa usted que cuando la política es la forma y no el medio de vida de un militante el derecho a interpelar a la conducción en momentos como estos es sanador. Espero pueda comprenderlo.

cuando la política es la forma y no el medio de vida de un militante el derecho a interpelar a la conducción en momentos como estos es sanador

Con la esperanza de que esa conducción de conjunto sea realidad efectiva y la lógica de reconstrucción para la recuperación del poder sea de la amplitud necesaria como para no cometer los mismos errores que nos han llevado al fracaso, me despido con el afecto intacto, la convicción que sólo los proyectos colectivos nos proyectarán en la historia y un profundo anhelo de Unidad de nuestro Movimiento, única garantía de la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria”.

*Prof. Daniela. A. Bambill
Instituto de las Culturas
Gobierno Municipal de Almirante Brown.

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